AUNQUE TODOS SOMOS DEL MISMO BARRO, NO ES LO MISMO BACIN QUE JARRO´´
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Por: Paco Gómez. Mayo del 2011
Habrá quien opine que el refrán con que inicio esta colaboración tiene tintes populacheros, y que la ironía que en su momento derrochó el desconocido autor del mismo se acerca peligrosamente a los linderos de la vulgaridad, pero el caso es que no tiene desperdicio para describir lo ocurrido el pasado sábado 21 de mayo en ese horno de panadería que se llama ¨Estadio José García Mendoza¨ y hace las veces de la casa de los Soles de Ojinaga, donde una pandilla de desesperados comandados por Jaime López - sin duda uno de los mejores bateadores que ha producido el beisbol mexicano - hizo morder el polvo a los visitantes Indios de Juárez.
No estamos diciendo que los Soles no puedan ganarle a los Indios – y la prueba está en que lo hicieron – simplemente creemos que si ponemos las cosas en su justa dimensión, si analizamos hombre por hombre y posición por posición a ambos equipos, si repasamos el historial de ambas escuadras en el campeonato estatal, sus recursos, sus apoyos y también sus carencias, llegaremos a la conclusión de que en el beisbol, como en toda actividad humana hay jerarquías, hay distancias que deben guardarse, hay respetos que no deben perderse, porque cuando esto sucede no hay pretexto válido que sirva para justificarlo.
Muchos dirán que en el beisbol se gana y se pierde, que no hay enemigo pequeño, que queremos que siempre ganen los Indios, pero el caso es que durante muchos, pero muchos años para la tribu juarense enfrentarse a los Soles de Ojinaga era simple y sencillamente un día de campo, es más, había ocasiones - sobre todo cuando se enfrentaban allá, en la llamada Perla del Desierto – en que tenían que administrarse a la hora de hacer carreras, porque de lo contrario, cuando el partido llegaba a las últimas entradas, el parque de pelota lucía mucho más desolado que un mitin de aquellos que organizó el famoso Panalachi ( alias Víctor Pérez Lucero ) cuando trató de convertirse en el mandamás de su diminuta comunidad. Por cierto, el Panalachi perdió la votación por siete gallinas a cinco y todavía no le perdona a su chaleco ( suegro ) que votara en contra suya y lo privara de un salomónico empate.
Volviendo al tema de Soles e Indios los números no mienten. Y si no, veamos.
En 1998, en el último año del bat de aluminio en el estatal, los Soles dirigidos por Ubaldo Ríos visitaron a los Indios en el Estadio Carta Blanca los días 20 y 21 de junio, y la tribu manejada por elNono Martín Hernández ganó sin problemas la serie por limpia al son de 12 carreras por 2 ( nocaut en siete entradas ) nueve por una y catorce por cuatro ( nocaut en siete entradas ).
En total en esa serie los Indios hicieron 35 carreras, conectaron treinta y seis hits, entre ellos dos jonrones, uno de Pablo González y otro de Efraín Lara y todavía se dieron el lujo de dejar 23 corredores en base.
Con aquellos Soles de 1998 Roberto Cruz ( que ahora, junto con Fierrito es de los hombres de confianza de Jaime López ) venía como pitcher y primera base, mientras que Juan Reyes cubría las paradas cortas y en el tercer partido lo pusieron a lanzar.
Luego, entre 1999 y el 2004 ya con el bat de madera haciendo su regreso triunfal, los Indios derrotaron a los Soles en 23 de las 24 ocasiones en que se enfrentaron, todas ellas en rol regular y siete de los triunfos indígenas fueron por nocaut. El mejor resultado que consiguieron los de Ojinaga fue un juego no legal en la primera serie del 2000 allá en su casa, cuando el tercer partido se suspendió por lluvia.
La verdad es que me pareció muy aburrido hacer el resumen de las carreras, hits y dejados en base registrados a lo largo de esos seis años, así que se los voy a quedar a deber.
Por cierto, en el 2001 y lanzando toda la ruta, el profe. Ervey Rodríguez, que este año aparece en el roster de los Soles, estuvo a punto de hacer la hombrada de ganarle a unos Indios que traían un verdadero trabuco manejado por Ramón Serna Carrasco. La pizarra final fue de cuatro carreras por tres en diez entradas. El pitcher ganador fue Juan Carlos Camacho y Juan Fraire se acreditó el salvamento.
El domingo 25 de julio del 2004, también allá en Ojinaga, Ervey Rodríguez y Juan Carlos Osorio se trenzaron en un tremendo duelo de pitcheo lanzando ambos toda la ruta, en un juego que se acordó jugar a siete entradas.
La pizarra final fue de una carrera por cero. Un día antes en el primero de la serie José Alfredo González tiró diez entradas, pero acabo perdiendo cuatro carreras por tres. El ganador fue José María Muñoz.
En ese año el manager de los Indios fue el malogrado Gerardo Terrazas Valverde.
Pero el caso es que del 2005 a la fecha, los Soles le han ido perdiendo el respeto a los Indios y como dice el buen ChecoRodríguez, ya los han nalgueado en varias ocasiones.
En resumen: si el beisbol que se juega en Ojinaga muestra alguna mejoría, por mínima que esta sea, enhorabuena, pero si por el contrario la pelota juarense ha caído en un bache, cuidado, porque como dijo aquel: en la vida solo existen dos cosas: pretextos y resultados, y los pretextos no sirven,
Hasta la próxima.