¡NOTICIA DE ULTIMA HORA: LOS MINEROS DE PARRAL SI SON DE ESTE MUNDO!
Por: Paco Gómez
Junio del 2011
¨La huerta de Botello, hoy transformada en zona residencial, fue el nido deportivo donde miles de audaces aguiluchos remontaron el vuelo emulando a Icaro y no lograron llegar al sol, pero dejaron en el firmamento beisbolero local y regional la estela luminosa de su inigualable bravura, de su envidiable espíritu de sacrificio y de su increíble afición por el Rey de los Deportes¨.
Otro:
¨…Es el representativo cumbre del pitcheo antiguo, cuando el beisbol era juego de titanes, de sacrificios, de bravura indómita¨.
Uno más:
¨Y pasarán mil años, y mientras exista el beisbol la polémica persistirá porque estos personajes fueron más que hombres, fueron superhombres y ahora son leyenda y las leyendas tienen miles de adaptaciones y modos de interpretarse¨.
Con párrafos como estos, producto de su prosa sencilla pero abundante en adjetivos calificativos, el Capi Domingo Salcido ( qepd ) convirtió los campos de juego del sur del estado en sucursales del Olimpo, y a los peloteros y managers en semidioses que se dignaban demostrar sus portentosas habilidades a los pobres mortales que, víctimas casi de un trance hipnótico, tenían la fortuna de verlos en acción.
Pero el caso es que el Capi Salcido ha de estar revolviéndose en su tumba al ver como el equipo Minero ha demostrado este año que está conformado por seres humanos, con todas las limitaciones y defectos que esto conlleva.
Y es que los días 27, 28 y 29 de mayo la llamada Furia Gris estuvo de visita en el vetusto Jaime Canales Lira y acabó perdiendo la serie por dos juegos a uno ante los Indios de Juárez.
Buscando la anhelada revancha, los Mineros recibieron a la tribu fronteriza allá en su casa, el Gran Estadio Parral los días 17, 18 y 19 de junio, y a pesar de los pronósticos de la fanaticada de la cuarta zona, los Indios los volvieron a nalguear, ganándoles dos de los tres partidos, y no les ganaron el tercero por razones que merecen ser analizadas con mayor detenimiento.
Pero, independientemente de lo que mostraron en el terreno de juego, los Mineros tuvieron algunos detalles que harían que el Capi Salcido volviera a caer muerto, victima esta vez de un fulminante ataque de pena ajena.
En primer lugar, la grilla interna – y externa - hizo que el manager Miguel Mano Muñoz no aguantara la presión y saliera por piernas una vez concluido el segundo partido de la serie. Algo impensable para un manager de la talla del Zurdo Molinar o de Arnulfo Arras, o de algún otro del mismo calibre, que por cierto, no se dan en maceta.
Por otra parte, las muestras de indisciplina minera fueron constantes, desde el pelotero que tocó la pelota en el momento más inesperado o no se barrió en una jugada comprometida, hasta la joven estrella que hizo un berrinche de gente grande y por poco le vuela la cabeza a un compañero al lanzar con todas sus fuerzas el bat y el casco después de poncharse.
Y lo más lamentable desde mi punto de vista, una afición que siempre había presumido de morirse en la raya con su equipo, lo abandonó de manera lamentable después del primer descalabro, y ya en el tercer compromiso los Mineros y los Indios jugaron prácticamente en familia.
Como dijo aquel, semos o no semos pues.
Una de dos: lo que el capi Salcido nos relata en su Historia Beisbolera del Sur de Chihuahua tiene un dejo de exageración literaria – que sería muy válido - o bien, las cosas han cambiado drásticamente y para mal en la pelota que se juega actualmente en la cuarta zona.
Saque usted sus propias conclusiones amigo aficionado. Aunque si usted le va a Parral no tiene caso que lo haga, porque en situaciones como esta, el corazón acaba por dominar a la razón.
Lo único cierto es que, luego de los seis juegos que han sostenido este año los Indios y la Furia Gris, al menos yo he llegado a la conclusión de que los Mineros si son de este mundo, y ya nadie me va a quitar esta idea de la cabeza.
Gracias y hasta la próxima.